Una razón más para convencerme que estoy podrida por dentro:
Cuando tenía como 11 años entré a un sitio que se llamaba NoMercy. Me quitó toda la inocencia y no era porno.
Se trataba de un sitio que publicaba fotos de accidentes, heridos, decapitados, mutilaciones, asesinatos... Jamás he vuelto a tener pesadillas.
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